El vidrio templado se fabrica a partir de un vidrio normal o flotado, el cual se calienta gradualmente hasta una temperatura de reblandecimiento para después enfriarlo muy rápidamente con aire. Este proceso consigue que el vidrio quede expuesto en su superficie a tensiones de compresión y en el interior a tensiones de tracción, confiriéndole mayor resistencia estructural y al impacto que el vidrio monolítico normal, teniendo la ventaja adicional de que en caso de rotura se fragmenta en trozos muy pequeños, por lo cual se le considera tambien vidrio de seguridad. Todas las manufacturas que sea necesario realizarle a un vidrio ya sean taladros, muescas, canteados, etc. deberán ser practicadas previamente a el proceso de templado.

Entre las propiedades físico-químicas más importantes que adquiere el vidrio cuando es templado destacan:

  • La resistencia a la flexión del vidrio recocido al templarlo aumenta considerablemente, lo que lo hace 4 o 5 veces más resistente que un vidrio normal.
  • La resistencia al choque térmico (diferencia de temperatura entre una cara y otra de un paño que produce la rotura de éste) pasa de 60ºC a 240ºC.

El vidrio templado se puede laminar para obtener así un vidrio de altas prestaciones desde el punto de vista de la seguridad.


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